Ayer España amaneció con dos ciudades en manos de los indignados. Ada Colau, activista del movimiento Stop desahucios, será la alcaldesa de Barcelona, y Manuela Carmena, luchadora antifranquista, abogada laboralista y fundadora de Jueces por la democracia, será la alcaldesa de Madrid. Dos mujeres luchadoras, dos mujeres de izquierda. 

Los partidos mayoritarios y los medios las llamaron perdedoras, irresponsables, etarras, chavistas, antisistema, radicales, populistas, pero no pudieron con el sentido común de la gente. Ambas fueron candidatas de frentes populares integrados por ciudadanos independientes, partidos de izquierda, organizaciones ecologistas, movimientos sociales y el partido Podemos que ha removido la política española. Los frentes populares aplicaron democracia real en sus organizaciones. 

En el frente Ahora Madrid de la candidata Manuela Carmona, 15 mil personas votaron en primarias abiertas, no se exigía carnet de militante para votar, y entre todos con su voto a través de internet, decidieron quién sería el candidato a la alcaldía, el orden de la lista de los aspirantes a concejales y el orden de prioridad de los puntos del programa, algo nunca visto en la democracia española. No le tuvieron miedo a la gente, los ciudadanos fueron su principal fuerza. Igual sucedió en Barcelona. En ambas ciudades se realizaron colectas populares para financiar la campaña, no se quiso pedir préstamos a los bancos. En Madrid se consiguieron 200 mil euros, euro a euro. El partido conservador PP tenía 20 millones de euros solo para la campaña en Madrid, pero de nada les sirvió. La creatividad y la imaginación pudo más que el dinero. 

El domingo, el centro de Madrid era una fiesta popular, pude i r a las plazas a compartir la alegría de esta victoria. Mientras paseaba por la calles de Lavapiés y Atocha, donde la gente brindaba y celebraba, pensé en aquellas elecciones donde Frente Popular ganó en el año 36 y el pueblo madrileño salió por estas mismas calles a festejarlo, pensé en aquellos que defendieron esta ciudad después del golpe militar que frustró el gobierno popular de La República, ciudadanos casi desarmados que dijeron NO PASARÁN y durante tres años resistieron al ejército golpista, mientras Franco bombardeaba la ciudad con la ayuda de los aviones nazis. Pensé también en los brigadistas internacionales que vinieron a defender Madrid en las trincheras de la ciudad universitaria y en otras batallas, tuve la suerte de conocer y entrevistar a alguno de ellos cuando regresaron después de 60 años, aquellos brigadistas que sobrevivieron lloraban al volver a pisar Madrid. Y pensé en mi tía abuela, que fue encarcelada y torturada después de que fusilaron a su marido por defender el triunfo del Frente Popular de aquellos años. Pensé que ella hoy estaría contenta, festejando en su peluquería de la calle Tres Peces, en pleno barrio de Lavapiés.

Este domingo no pasaron, tía María, y lo estarás celebrando donde quiera que estés.

Madrid, 25 julio del 015.