En nuestro país no hubo ruptura con el fujimorismo, seguimos gobernados por la constitución fruto de una dictadura, de un golpe, y con un partido mafioso fundado por el dictador en las instituciones. El régimen político surgido en el 2000, con la caída de Fujimori y apoyado por la derecha neoliberal fue continuista. El mismo modelo de país, “déjeme construir el segundo piso” le decía a Fujimori el señor Toledo, antes héroe de la democracia, símbolo de la transición y hoy huido de la justicia. PPK fue más directo, nada de medias tintas, hizo directamente campaña por Keiko. Había que mantener las reglas de juego creadas por la constitución fujimorista. Salvar el modelo.
Una democracia no puede nacer dando continuidad a la constitución de una dictadura. No existe transición real si no hay nuevo pacto social, nueva constitución. La derecha y los medios de comunicación que hicieron lo imposible para frenar a Verónika y que PPK pasara a la segunda vuelta, ahora quizás pueden decir que tiene que caer PPK, pero se negarán nuevamente a cambiar el país, a apoyar un nuevo pacto social.
Verónika Mendoza dijo unos días después de quedar tercera en las elecciones, muy cerca de PPK: “Todavía arrastramos las lógicas colonialistas, homogenizantes, centralistas y hay una demanda ciudadana de incorporarse a un nuevo Estado, pero pensado de otra manera, de manera diversa, intercultural, de manera descentralizada. Todo eso está pendiente. La gente no se siente reconocida todavía en esta nación, por eso también es que nosotros hemos insistido mucho en la necesidad de un proceso constituyente. Se ha querido caricaturizar nuestra propuesta como si se tratara solamente de una nueva Constitución, un nuevo documento a ser debatido en un Parlamento. Va mucho más allá. Para nosotros significa construir un nuevo pacto político social en donde los distintos sectores de la ciudadanía, regiones, culturas, tradiciones, se sientan reconocidos en esta nación que tenemos que repensar”.
Ha llegado el momento de repensar el país, hacer una ruptura real con el régimen post fujimorista que nos ha llevado hasta esta situación.
No se trata simplemente de elegir un nuevo presidente, tenemos que desmontar desde la raíz este régimen corrupto. Construir una democracia verdadera, con una nueva constitución. Si no es así, volveremos a perder la oportunidad de cambiar el Perú.