Una mujer saharaui
Hoy recibió el denominado Nobel Alternativo de la Fundación Rightlivelihood Award una mujer saharaui. Se llama Aminatou Haidar, nació en 1967, estudió literatura y es madre de dos hijos. Aminatou, con apenas 20 años, sufrió torturas por parte de las fuerzas marroquíes que hasta el día de hoy ocupan su país. En 1987 fue detenida y llevada a una cárcel secreta marroquí, nunca se celebró un juicio. Estuvo desaparecida cuatro años, durante todo ese tiempo fue torturada sistemáticamente. Con los ojos vendados y en total aislamiento, pasó cuatro años en el infierno. Pero ni las condiciones infrahumanas, ni su falta de contacto con el mundo exterior la doblegaron. Cuando fue liberada en 1991, Aminatou Haidar siguió defendiendo los Derechos Humanos y el derecho a la autodeterminación de su país ocupado.
En 2006, Marruecos le denegó el pasaporte y el derecho de expatriación de sus dos hijos. En 2007 nuevamente fue encarcelada por lo marroquíes y estuvo siete meses en la “Cárcel Negra de Aaiún”. Al salir siguió jugándose la vida denunciando la represión. Ni las amenazas de muerte ni las palizas pudieron callarla. Esta mujer rebelde, que se enfrenta a los intereses económicos de los poderosos y a los que robaron su país, se ha convertido en la activista más conocida de la causa saharaui. Su resistencia pacífica la ha convertido en el enemigo más importante del Reino de Marruecos.
Por su defensa incansable de los Derechos Humanos, en 2009 fue expulsada de Marruecos a la isla de Lanzarote, donde empezó una huelga de hambre en el aeropuerto. Tras 32 días sin tomar alimentos, Marruecos tuvo que volverla a dejar entrar en el Sahara ocupado. La presión internacional y la posibilidad de una Aminatou muerta era un precio muy alto para el país invasor.
Pude ver unos minutos a Aminatou cuando estaba en huelga de hambre en Lanzarote. Recuerdo su mirada dulce y tranquila. Eran muchos días de huelga de hambre y el mundo temía por su muerte. A pesar de encontrarse muy débil, se la veía convencida de que estaba siendo consecuente con sus principios. Hoy recibe un merecido reconocimiento y con ella todas las mujeres saharauis que luchan por tener un lugar en el mundo para su pueblo.
Mi país, el Perú, sigue sin reconocer la existencia del pueblo saharaui. Es parte de esos países cómplices de aquellos que torturaron y encarcelaron a Aminatou.