Hace un par de semanas murió Lalo Izquierdo, zapateador, percusionista, danzarín y activista incansable de la cultura. Fundador de Perú Negro, dedicó toda su vida a la música y a alegrar la vida a los demás. Tuve la suerte de conocer a Lalo durante el rodaje de 'Sigo Siendo', fue un impulsor de la película y cada momento a su lado era una celebración. Su humor era tan delicioso que te seguías riendo días después de haber compartido una tarde con él.
Nos enseñó su barrio, “El Rímac”, para mostrarnos los lugares en los que debíamos rodar. Mientras recorríamos aquellas calles, nos contaba historias de esos años en que la música salía de los callejones; siempre recordaba esas jaranas interminables donde aprendió el arte que llevaba dentro. Rodamos en la casa donde nació y volvió a zapatear sobre la tierra de aquel callejón que lo vio crecer y convertirse en músico. Nunca olvidaré esa tarde, sus pies parecían levitar derramando elegancia mientras Lalo sonreía.
Lalo siempre sonreía, sabía que danzar era darle más vida a la vida. Descansa en paz maestro, que los ángeles disfruten de tu arte.
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[Foto de portada: 'Sigo Siendo']
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